Sangre Fresca

silencios limítrofes
causan sensación
y hormigueo en la conciencia 


Todo eso, ya lo sabe. Lo ha revelado ante sí misma callándose y sonriendo como hiena frente al espejo. Eso la hace llorar. La verdad. Como un rezo profundo y olvidado, el ritmo falaz del tiempo fue quedándose detrás del sentido de las cosas simples, que son las que no pueden faltar…
Días cayendo, exagerando el dolor. Esfumando la noche que funde en silencio hacia el naranja amanecer, como si nada. Como si el camino hacia las maravillas del arco iris fuese un dibujo que no respira ni siente hasta ser contemplado.

Nadie mira. Ojos indiferentes resbalan por los costados del cuadro. Dentro de ese espacio todo se vuelve indeseable. Allí está ella, melodía para siempre lagrimeando, cantándose canciones en un idioma inventado, haciendo nacer lagunas plateadas que reflejan una luna delgada y filosa…una luna yéndose, como los deseos.

La noche transcurre reabsorbiendo oraciones sopladas en secreto, confesando la cobardía hacia adentro de ella misma...el hastío, la vorágine, el precipicio::::: Toda esa locura “made in el infierno consciente colectivo” .
Vuelca en la canaleta de tóxicos recuerdos unas mentiras viejas adoptadas, idénticas a las suyas: un miedo furioso y desquiciado que se adueña de las sincopas y los parpadeos de la vigilia…

Mira a su alrededor, rodeada de gordas con ruleros y batones, y voces rasposas, cansadas de la vereda. Su vida podría ser lo que ella quiera, o quizás, todo lo que no quiere.

Podría darse cuenta de que es público de almacén, que no todo se trata de un escenario, un telón, una juventud, un amor huidizo... Quizás el mayor de los cometidos de hoy, pueda centrarse en 250 gr de queso mantecoso, una salsa pequeña y el vuelto en sugus.

Sin aplausos, con el arte vivo entre millones de sinapsis que desglosan la luz del foco bajo consumo en cuadraditos sobre el pan de esta mañana. ¿Acaso es arte la nada?

La vida puede ser lo que ella no quiere ver, incluso lo que detesta: el camino sin emoción desde su casa hasta “El David; fiambrería y kiosco”. La vida. Mezcla de insultos, eructos y humo de los que toman cerveza sentados en los escalones, esos que se dan vuelta mirar piernas y culos. Esos que no sufren pensando en todo lo que no llegaron a ver, todo lo que no escribieron, lo que no leyeron, lo que sí lograron y no supieron valorar.

Y eso... ¿Es arte? Cada cosa le resulta tan parecida al todo… Ella, a veces, se cansa de sí misma. Eso ya lo sabe. Sonrisa de hiena vuelve a su guarida.